Marginados y teoría económica estándar

Una de las intuiciones que me ha llevado a escribir este blog es la importancia que para las profesiones que trabajamos en el ámbito de los Servicios Sociales tiene reflexionar y leer desde una perspectiva interdisciplinar. En muchas de estas lecturas se pueden encontrar elementos que cuestionan o fundamentan nuestro desempeño profesional.

Algo de esto me ha sucedido con la lectura del libro de Daniel Kahneman Pensar rápido, pensar despacio editado por Debate. Un libro que me recomendaron al alimón un par de amigos vallisoletanos y que cuestiona, como pocos, muchos de nuestros más asentados puntos de vista sobre el funcionamiento psicológico del ser humano. Muy recomendable. Sus teorías han cambiado la forma de entender la psicología humana en el marco de la economía, cuestionando profundamente la teoría estándar que todavía continua vigente, motivo por el que, junto a su compañero fallecido Tvesky, recibieron el premio Nobel de economía.


Todo el libro es una continua sorpresa y cuestionamiento, pero a lo que vamos, llegando a la página 389 me encontré con una joya que me ha hecho reflexionar y cuyo texto prefiero recoger íntegro en la entrada:

"Estudios recientes sobre la psicología de la "decisión en situación de pobreza" sugieren que los pobres constituyen otro grupo en el que no se espera encontrar el efecto de dotación. En la teoría de las perspectivas, ser pobre es vivir por debajo del propio punto de referencia. Hay bienes que los pobres necesitan y no pueden permitirse, por lo que se hallan siempre "en pérdidas". Las pequeñas sumas de dinero que reciben las perciben, por tanto, como pérdidas reducidas, no como ganancias. El dinero ayuda a escalar un poco hacia el punto de referencia, pero los pobres siempre permanecen en la parte más empinada de la curva del valor.
 Las personas pobres piensan como comerciantes, pero la dinámica es bien distinta. A diferencia de los comerciantes los pobres no son indiferentes a las diferencias entre ganar y perder. Su problema es que todas sus elecciones lo son entre pérdidas. El dinero gastado en un bien significa la pérdida de otro bien que podrían ser adquirido en lugar del primero. Para el pobre los costes son pérdidas"
Para completar la comprensión del texto es necesario una mínima explicación de su contexto, especialmente porque este fragmento se inscribe en un capítulo en el que se pone en cuestión algunos conceptos más que asentados en nuestra forma de ver el mundo y, especialmente, en la teoría económica estándar (ultraliberal) que nos domina aun cuando creemos que no.

El texto aparece en un capítulo titulado: el efecto de dotación. Kahneman, parte su explicación de la curva de utilidad marginal que aparece junto a este texto. Una curva que resulta habitual para los estudiantes de materia económica.

Kahneman lo explica con un ejemplo sobre condiciones laborales. En este caso el eje C1 representa el número de días libres, el eje C2 los ingresos económicos.

La forma de las curvas indica la reducción de la utilidad marginal. Es decir que cuantos más días libres se tienen, menos interesa un día extra libre, cada día añadido tiene menos valor que el precedente. Eso es la línea de indiferencia, todos los puntos de la línea tienen el mismo valor de utilidad.

El descubrimiento de Kahneman, que pone en cuestión esta teoría, completamente asentada en la ideología económica del momento, no tiene en cuenta un factor muy importante: el punto de referencia, que es el punto de partida en el que está cada individuo, es decir el salario y el número de días del que uno parte en su contrato.

Para entender esto pone un ejemplo. Dos hermanos Albert y Ben, tienen idénticos gustos y trabajos iguales, con pequeños ingresos y poco tiempo libre. Su empresa les ofrece dos posiciones mejores y deja a su albedrío quien preferirá un día extra de vacaciones al mes o un aumento de 10.000 euros anuales. Como les da lo mismo lanzan una moneda al aire. Albert se queda con el aumento de sueldo, Ben con el día libre extra mensual.

Pasa un tiempo, se acostumbran a esas ganancias, y la empresa les propone intercambiar sus posiciones. Recordemos que a los dos les daba lo mismo y que se han jugado el reparto al azar. Las investigaciones  que fundamental lo que se denomina teoría de las perspectivas demuestra que los dos preferirán quedarse con lo que obtuvieron por azar por el efecto de la aversión a la pérdida. Los humanos vivimos peor las pérdidas que las ganancias, e intercambiar en este momento, cuando ya nos hemos acostumbrado a una ganancia, es vivido como una pérdida, por eso nos quedamos con lo que tenemos.

De acuerdo con la teoría estándar los dos hermanos deberían intercambiar sin ningún problema sus posiciones ya que los objetos a intercambiar tienen el mismo valor, pero los humanos como se ve no funcionamos así.


Los gustos varían con el punto de referencia (la nueva situación tras el sorteo genera un nuevo punto de referencia desde el que se valora lo que se tiene) y las desventajas de un cambio pesan más que las ventajas.

Este punto de vista, la teoría de la perspectiva y la importancia del punto de referencia, les sirvió a Kahneman y Tversky, para cuestionar el dogma del funcionamiento frío y racional de los mercados, la idea de que las personas buscamos estrictamente magnificar nuestras ganancias, algo que cae por tierra con las aportaciones de estos psicólogos.


Esta teoría de la perspectiva, que tiene en cuenta los puntos de referencia en las curvas de utilidad residual y el efecto de dotación encuentra dos grupos en los que no funciona: los comerciantes experimentados, que aprenden a sortear la aversión a la pérdida y los pobres, de los que ya hemos citado el fragmento que me interesaba.

Lo importante, para mi, de este fragmento, es que explica muchas de las actuaciones de los excluidos. A muchas personas, incluso a muchos compañeros, a mí mismo en el pasado, nos sorprende que estas personas parezcan no saber administrar correctamente sus ingresos: comprar bollería industrial, más cara, antes que un bocadillo; utilizar un caro móvil, cuando nadie tenía; comprar aparentes caprichos en vez de productos básicos.

Creo que este fragmento de Kahneman pone sobre aviso sobre las carácterísticas psicológicas de los excluídos que nos dan pistas de nuestro punto de partida para el trabajo profesional y puede ayudar a prevenir falsos prejuicios en los que acabamos cayendo incluso profesionalmente. Es un ámbito en el que merece la pena profundizar.

No he trabajado directamente en este ámbito desde hace muchos años, es posible que muchos compañeros o compañeras hayan ya teorizado sobre este aspecto, pero, al menos a mí, me ha resultado suficientemente cuestionador como para recogerlo aquí. Un asunto en el que merece la pena profundizar.

Comentarios

  1. Tod@s tendemos a pensar que el resto del mundo es como nosotr@s, vamos lo que se entiende como lo normal; pero no es así.

    De modo que es coherente que el modo de tomar decisiones, en apariencia sencillas y comunes, en el entorno económico, sea tambien diferente.

    La dificultad estriba, sin duda en ser capaz de percirbir la motivación del otro, y valorarla de acuerdo con sus propias referencias.

    Desde ese conocimiento, o entendimiento, quizás el acompañamiento hacia una mejor toma de decisiones sea más sencillo.

    Buena reflexión.

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