La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero

Me gustan los libros inesperados, los que no se dejan clasificar fácilmente, los que me sorprenden a cada línea, los que me exigen que persista en la lectura. Lo único que no me gusta de estos libros es que se acaben, que me dejen con la miel en los labios sin más consuelo que el de la relectura. 

Tras acabar la última línea de uno de estos libros te queda un confuso nudo de emociones, una mezcla de plenitud y vacío difícil de expresar. Sólo confío para conseguirlo en que tú, que estás leyendo estas líneas, hayas tenido una experiencia similar.

El libro que os recomiendo ahora tiene poco que ver con los Servicios Sociales, con la política social, con el Trabajo Social, pero tiene mucho que ver con la vida de cada cual, con la profundidad de la vivencia, con la lucha por seguir existiendo. Cada vez me gustan más los libros así.

Rosa Montero (web aquí, twitter: @BrunaHusky) acaba de publicar La ridícula idea de no volver a verte
(web aquí donde puedes leer el primer capítulo) con el sello Seix Barral (web aquí)


Rosa recibe el diario que Marie Curie (wikipedia aquí) escribió tras el fallecimiento en accidente de su esposo Pierre, un texto en el que vuelca todo su dolor y su amor. La autora acaba de pasar por un trance similar y en su escrito desgrana todo el conjunto de sentimientos y pensamientos que la muerte de alguien tan querido provoca, una montaña rusa que descoloca los bornes por los que recibe el sustento la vida cotidiana.

Una de las cosas que más aprecio del libro es que consigue que comiences a amar a Marie Curie con sus grandezas y sus debilidades, que consigas comprender las enormes dificultades que atravesó en la vida. Lo difícil de ser mujer y científica en esos primeros años del siglo XX. El regateo continuo del mérito y la valía. El ninguneo por el mero hecho de ser mujer. El diferente trato ante determinados acontecimientos de la vida que no detallo para no desvelarte contenidos que es mejor encontrarse en la lectura. La búsqueda del amor y de la verdad científica. La necesidad de investigar, de descubrir, de ir más allá, de saber.

Leí el libro en paralelo al recientemente comentado de Miguel Miranda (entrada aquí) y había algo que conectaba las dos lecturas: la enorme dificultad que estas mujeres encontraron para ser reconocidas por una sociedad que tenía decidido que no podían ser tan valiosas como un hombre. Su tozudez y perseverancia. Su lucha por exigir la dignidad. Tanto el Trabajo Social como los Servicios Sociales siguen arrastrando la dificultad de ser vistas como disciplinas femeninas en un mundo que continúa siguiendo patrones conceptuales masculinos.

No es este el único mérito del libro. Rosa y Marie tienen muchas más cosas que contarte, sólo es cuestión de adentrarse en la lectura de este libro que contiene, en las páginas finales, el diario de la propia Marie que extiende su poder curativo sobre algunas de las  heridas que provoca el devenir.

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