Labordeta y el mundo rural. Reforma de la Administración Local (V) Descanso musical.

1978. Me acerco a la tienda de discos. Tengo 15 años. Compro uno de mis primeros radiocasetes (lástima de espurgos, ya no lo tengo en mis manos). Que no amanece por nada. Labordeta. Una colección de canciones que escuchadas hoy, en 2014, suenan a banda sonora de esta serie sobre el mundo rural.

Si tenéis spotify es la oportunidad de escuchar completo el disco. Es un momento mágico de nuestra historia. Los primeros e inciertos años de la transición. Muchas esperanzas, las ganas de sacudirse el miedo, las ganas de hablar en voz alta. 

Lo sé, apenas tenía edad para saber de qué se estaba hablando pero escuchaba con pasión. Recuerdo una manifestación. No recuerdo qué reclamaba pero creo que tenía que ver con el derecho a gobernarnos por nosotros mismos. Aragón. La autonomía por el 151 y no por el 143; el quejido por los barbechos, los eriales, los desiertos, la emigración, el mundo rural abandonado; la ética democrática, los grandes valores. En esa manifestación pusieron unos tractores (lo mismo eran otra cosa) detrás remolques, sobre cada remolque un cantautor: Labordeta, Bosque, Carbonell, La Bullonera (lo mismo no eran todos y había otros, la memoria...) Avenida de San José, barrio obrero, ganas de libertad.

Por qué digo todo esto. Porque una de las características de Labordeta es su empatía total con el mundo rural, primero aragonés y luego español. Sus canciones son un canto de amor a la vida de los pueblos, a sus gentes, a su dignidad. Se me ha ocurrido que en medio de esta serio sobre la reforma de la Administración Local no venía mal un poco de poesía, de la buena.

Os dejo con varias canciones del disco del que hablo, aunque parezca mentira mucho de lo que dicen está de actualidad.

Una bella canción: Compañeros, que hasta aquí hemos llegado, que larga ha sido la noche, y el alba que tanto tarda, salid al camino hermanos, que no amanece por nada.



La segunda canción es una de las más bellas que se le han dedicado a la libertad, ese valor escurridizo, al que le queremos hacer un hueco en nuestras vidas aunque luego no la acabemos de encontrar.



No os perdáis la tercera: crónicas de paletonia, con un punto de humor se plantea el problema del despoblamiento.



En la próxima volveremos con los contenidos.




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