Un velero bergantín. De Luis García Montero

Cuando debajo del título de un artículo periodístico leo el nombre de Luis García Montero (página web aquí) cambio inmediatamente mi posición en la silla para facilitar que lo haga también mi disposición mental. Se que si quiero sacarle todo el jugo a lo que me dispongo a leer debo crear un espacio para que la serenidad vuelva a recuperar el centro del escenario, se que necesito entrar en otro tempo. Los artículos de García Montero son una promesa de intensa felicidad, la que da el saberse zarandeado por la agudeza de la reflexión transmitida en un envoltorio muy bello, en una prosa que rezuma lirismo, que te golpea con pequeñas cápsulas de sabiduría que, aparentemente evidentes, propias de eso que llamamos "sentido común", comúnmente se obvian.

Un velero bergantín. Defensa de la literatura no es sólo un libro que honra y reivindica el saber humanístico, que también, es un libro profundamente filosófico, metafísico y político: poético y elegante. Es un libro de cortas dimensiones, 169 páginas, que he racionado para que el placer de la lectura se demorara lo más posible, de letra grande, correctamente editado por Visor (página web aquí), de precio más que aceptable. Su estructura en pequeños capítulos (31) permiten la lectura fraccionada, al final te encuentras nada menos que con un decálogo que resume la poética del autor. Si tuviéramos que asignar el texto a un género podríamos enmarcarlo en el ámbito del ensayo, un texto que partiendo de la literatura y la poesía habla de innumerables asuntos que en un lenguaje más técnico llamaríamos transversales.

La mejor recomendación que puede hacer del libro es confesaros que lo tengo completamente subrayado, anotado en los márgenes y las tapas comienzan a combarse. Su lectura me ha sugerido innumerables reflexiones, algunas de ellas están, al menos provisionalmente, incluidas en lo nuevo que ando escribiendo puesto que la forma de entender la realidad, la vida, a partir de los relatos, de la poesía, de la literatura, coincide con buena parte de mis propias intuiciones.

No me alargaré mucho más, sólo una cita, quizá algo larga, merece la pena y sirve de botón de muestra, uno sólo, hay mucho más. Os recomiendo encarecidamente la lectura de este libro. Si lo elegís como lectura para los próximos días navideños deberéis apartaros del ruido de la época, aislaros, dedicarle un tiempo y un espacio propio. Como ya os he dicho se puede leer de a poco, pero lo más interesante es quedarse con el libro abierto y dialogar en silencio con él y con el autor, creando ese espacio común del que habla el texto, el espacio común de la convivencia y la democracia que se aprende, como en ningún otro sitio, en la lectura de un libro, de un relato. Pero vayamos a la cita:

Citando a Kenzaburo Oé (por cierto otro autor imprescindible) que cita a su vez a Rousseau, García Montero se hace eco de la frase "Sólo la imaginación puede enseñarnos el dolor ajeno" que sirve de marco al texto que os cito: ..."Contra la distancia del odio y de la destrucción, el ser humano inventó el arte... La poesía ofrece un modo distinto de entrar en el relato de la convivencia... La imaginación moral de quien aprende a vivir en un relato es parte decisiva de una conciencia que hereda el pasado, se responsabiliza del presente y se compromete con el futuro. Es el mundo de los planteamientos, los nudos y unos desenlaces siempre abiertos" (pag. 24)


Comentarios

Publicar un comentario

A continuación puedes dejar tu comentario sobre esta entrada.

Entradas populares de este blog

La izquierda necesaria. De Josep Ramoneda

Discurso y relato

Nómadas